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Ya tenemos vinos de autor, ¿adaptamos las categorías de Hoteles?

En ocasiones parece que haya transcurrido mucho tiempo, pero realmente no hace tantos años. Mientras las obras de infraestructuras, equipamientos y viviendas seguían creciendo exponencialmente, las constructoras que resultaban adjudicatarias de las mismas veían como sus ingresos crecían a un ritmo trepidante, lo cual les llevó a tener que decidir en que otros negocios re-invertían los excedentes que estaban obteniendo, como consecuencia de unos beneficios que habrían resultado impensables en cualquier otra época de nuestra historia reciente.

Desde mi punto de vista, hay dos sectores que resultan muy atractivos para alguien que tiene la posibilidad de generar incrementos de facturación por múltiplos de dos cifras en un corto período de tiempo: las compañías aéreas y los medios de comunicación. Claro que, para ello, necesitas disponer de un importe inicial muy elevado y, además, una capacidad de seguir aportando de forma periódica cifras de siete dígitos a medio plazo, para mantener tu inversión y tener siquiera la opción de, al menos, recuperarla.

Así que muchos de ellos tuvieron que buscar unas alternativas más acordes con sus posibilidades reales (siempre que además les permitiera mejorar sus herramientas de socialización), que resultaron ser las bodegas y los hoteles, en ocasiones ambos negocios. De esa manera incrementaron sus vínculos hoteles y vinos, en esta ocasión desde un punto de vista de estructura societaria al ser controlados por compañías afiliadas, relacionadas o vinculadas.

Más recientemente, se está produciendo una nueva tendencia en la denominación de los hoteles, que me vuelve a recordar a los vinos.

Hace tiempo algunas bodegas, sobre todo de menor tamaño, están obviando la imperante calificación de los vinos en Crianza, Reserva o Gran Reserva, pasando a considerar sus producciones como “vino de autor” y adoptando en no pocos casos la denominación de “pago de”, al más puro estilo del país vecino, quien nos lleva la delantera en este campo, como en otros.

También en el mundo hotelero se viene produciendo una transformación del producto ofrecido, que parece ya no tiene un encaje sencillo dentro de los parámetros de categorías establecidos, puesto que cumple estándares de varias de dichas categorías, que en algunos casos no difieren sustancialmente unas de otras, pero esencialmente representan una oferta diferenciada, por su personalidad, características arquitectónicas, ubicación exclusiva, encanto, trato personalizado, etc.

Creo que probablemente nos encontremos ante un nuevo horizonte en relación con la clasificación de los establecimientos hoteleros, que demanda una modificación de los aspectos a considerar. Considero resulta fundamental medir la categoría de los hoteles no solamente en base a requisitos técnicos (tamaño habitaciones, tipo de servicios, calidad instalaciones, …) como los establecidos por la legislación vigente, sino complementados con criterios más relacionados con la calidad de los servicios prestados, la satisfacción del cliente, la eficiencia energética, la gestión del negocio y otros que puedan considerarse relevantes para mantener el nivel de excelencia requerido, siempre adecuado a cada una de las diferentes categorías existentes y las nuevas que se puedan establecer.

Habría que establecer diferentes formas de realizar comprobaciones de cumplimiento de esos criterios, una de ellas sería revisando cada hotel a través de los ojos de uno o varios profesionales del sector hotelero, que actúen de riguroso incógnito, como se viene haciendo para testar diferentes aspectos. Es una muy buena manera de obtener una útil y preciosa información.

vía Pymero.com

Javier de Jasso

2 comentarios

  1. Estoy muy de acuerdo con el espíritu del artículo pero creo que, aunque se cambien los parámetros para medir los establecimientos hoteleros, nunca serán suficientes porque a cada hotel se le puede ocurrir una etiqueta en la que solo encajarán ellos y otros tres. Pienso que para eso están las Notas, las bios y los subtítulos. En esos espacios se pueden explicar las características diferenciadoras de cada establecimiento.
    Respecto a lo del Mystery Guest también pienso que es muy importante la información que puede proporcionar. Por cierto, estoy postulada para ese puesto desde hace años.

  2. Muchas gracias Mayte por tu comentario.
    Está claro que las categorías, tipos y etiquetas se pueden multiplicar hasta el infinito y más allá, coincido contigo en este punto.
    Por otra parte, sigo pensando que sería positivo y enriquecedor para todas las partes implicadas que se complementasen los parámetros a emplear para otorgar las categorías oficiales y se estableciese un plan de seguimiento periódico para comprobar que se mantienen el grado establecido de cumplimiento.
    Sobre el Mistery Guest, creo que cuanto menos conocido sea y cuanta menos gente sepa que actúa como tal, podrá trabajar con un mayor nivel de incógnito…

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